La entonces colonia de Humboldt se origina por la fundación de la colonia madre, Esperanza. En Esperanza la zona fue dividida en espacios de tierras a labrar, donde también vivirían las familias colonizadoras, llamadas "concesiones", donde los colonos comenzaron a trabajar la tierra y a conseguir de ella, no sin grandes sacrificios, lo que luego hizo una de las regiones más ricas de la provincia. Con el pasar de los años, las comunidades, como era de esperar, fueron creciendo, y necesitaron expandirse dentro de la misma región.
La superficie de la concesión (calculada para una familia de cinco integrantes) no alcanzaba para dar sustento a los hijos y a los nietos que se sumaban. Por medio de una contratación gubernamental de la época, la agencia suiza de inmigración Beck y Herzog consiguió hacerse cargo de la liquidación de las tierras que ocuparían las familias que esta seguiría trayendo. Esto permitió a los hijos de los colonos adquirir otras tierras más allá de Esperanza. De esta manera es como nacen, fundamentalmente, las colonias circundantes a Esperanza, como Humboldt. En este caso particular, la compañía liquidadora subdividió las tierras de lo que luego se convertiría en Humboldt, permitiendo que muchas de las familias ya "hijas" de las arribadas a Esperanza tuvieran su nuevo hogar. De estas familias muchas eran evangélicas (protestantes).